El colectivo Luz y Fuerza fue fundado en 2012 y hasta la fecha sus integrantes trabajan con el arte audiovisual, buscan innovar en las formas de ver y hacer cine al crear su propio material para realizar proyecciones, construyen sus proyectores con materiales básicos y utilizan también objetos análogos.
El evento más grande que han tenido se presentó en el Teatro de la Ciudad en el que después de meses de preparación lograron presentar su trabajo con 30 proyectores, música en vivo e improvisación a través del empleo de instrumentos análogos y acústicos.
Espectro Electromagnético es el espacio que utilizan como taller desde 2013, una antigua casa que pasó por muchas manos antes de llegar a ellos, ahí imparten talleres en los que enseñan a construir los proyectores, la imagen y sentido que quieras mostrar, dan conciertos y tienen proyecciones para un cine club.
El colectivo surgió al preguntarse ¿Por qué dependemos tanto de la tecnología? ¿Por qué damos por sentado que con sólo usar la cámara todo queda registrado ahí? A partir de entonces su motivación es generar una interacción entre el público y el cine, romper toda convención para poder conocer a fondo el cine desde su funcionamiento, su origen y evolución histórica hasta su intención original.
El colectivo rescata la tecnología análoga y re-descubre los límites del cine bajo un concepto “hecho a mano”: materiales de bajo costo y reproducibles, además se preguntan por aquello que nos impulsa a no conformarnos solamente con la imagen estática.
Se basan en el uso de fuentes de luz y para la organización de todos los proyeccionistas utilizan partituras visuales que contienen tonos, ritmos y códigos de color con los que ellos mismos ponen el orden como el tocar con luz, lo cual es una manera gráfica de representar lo auditivo.
En cada presentación se crea una interacción con el público y se rompe la distancia que se crea al ver una película orientado detrás de la pantalla, para esto el colectivo juega con el espacio promoviendo que el público se mueva, rompa con la comodidad de estar sentado en la butaca y se interese por ver la proyección, es un esfuerzo físico y mental pues sus presentaciones requieren también una reflexión por parte del espectador.
Cada miembro del colectivo tiene sus proyectores particulares, cosa que enriquece al equipo pues al unir sus habilidades para este mismo fin obtienen resultados espectaculares, los cuales, sin duda, vale la pena ver.
Adriana B. González | @amirtyadbe